MARZO, ¿FLORIDO Y LLUVIOSO?

Muy oportuna es la foto de portada de este mes. Su divertido colorismo viene a cuento porque en marzo entra la primavera, con su habitual desparpajo de tonalidades diversas. Los pardos y oscuros del invierno dejan paso al poderío de las flores. Dichosos los ojos que lo verán, que ganas vamos teniendo de reencontrarnos con sol y cielos azules en vez de seguir viendo las ya cansinas panzas grises amenazantes.
Total, que tenemos un calcetín de muchos colores y hasta una flor entre los dedos. Pero, fijaros bien, hablamos de calcetín. Porque, con la que está cayendo, cualquiera se los quita. Que este invierno (ya casi sempiterno, como de la familia, oiga) tiene pinta de haber llegado para quedarse y sin ninguna gana de irse.
Yo, por si acaso, y hartito que estoy de tanta agua (y lo dice el hijo de un agricultor que toda la vida ha mirado al cielo esperando una lluvia traedora de buenos presagios), he optado por tratar con futuristas para ver si ellos son capaces de darme alguna esperanza de que el sol recupere en breve su trono perdido.
Indagando por Internet, caja donde todo cabe como bien sabemos, he “bicheado” por las estimaciones de varios cabañuelistas, todos ellos de prestigio y relumbrón, según rezan sus curricula. Pero, de los cuatro que he repasado, dos presagian tormentas y mal tiempo en la primera quincena y los otros dos, tiempo soleado y hasta buena temperatura. En cuanto a los últimos quince días del mes, los cuatro coinciden en que habrá tormentas y clima desapacible. O sea, que de guardar los calcetines mejor nos olvidamos. Casi más oportuno parece echar mano de unas botas de agua, por lo que pudiera pasar.
Pero como estrenamos primavera, para quienes se olviden del cielo -que ya tienen mérito- y les de por sembrar un árbol, que sepan que marzo es propicio para plantar abedul, peral, tilo, acacia, sauce, membrillo, olmo, cedro, endrino, albaricoque, fresno, abeto, pino, enebro, avellano y espino. Principalmente.
Porque, al fin y al cabo, a mala lluvia, buen paraguas; el agua no quiebra costillas pero moja rabadillas, o si hay lluvias en primavera, cuenta con la sementera.
Pese al refranero, sí os pedimos que si cantáis con vuestros hijos opteis por la de “Caracol col col, saca los cuernos al sol” en vez de “Que llueva que llueva, la Virgen de la Cueva”.
En cualquier caso, y como siempre, para marzo, COSQUILLAS, MUCHAS COSQUILLAS.

Gustavo Gómez Gozalo, director de COSQUILLAS

Descargar PDF del tercer número de COSQUILLAS (Marzo 2010)